El reino de lo desconocido

En este texto, lo desconocido habita en el bosque. Escuchemos una vez más a Edmond.

Hay que decir que el bosque, aquí, es casi lo único que se ve al llegar. Puso sus árboles por todas partes como un maleducado: la señorita Baldwin nos explicó que esos árboles son muy viejos y muy majestuosos, y también que se llaman abetos, olmos y robles, que es poco común admirarlos juntos en el mismo paisaje. Sólo que como es grande, y los grandes no prestan nunca atención a esas cosas, ni siquiera observó que el bosque también es muy oscuro y muy silencioso, y que es mejor no 11 perderse en él si queremos volver a casa para la merienda. Ya vi bosques amables en la tele, donde la gente se pasea del brazo, pero nuestro bosque no es amable y eso se ve enseguida. Y por lo demás, a nadie se le ocurriría pasear por él. Estoy seguro de que hay lobos adentro y pilas de cosas que ni siquiera puedo imaginar. (pág. 24)

Busquen información —en enciclopedias o en textos sobre las mitologías escandinavas, celtas o germánicas— acerca de duendes, norms, gnomos, elfos, trolls, banshees, silfos, genios y demás seres sobrenaturales, característicos habitantes del bosque en el folclore europeo.